jueves, 16 de noviembre de 2017

Arroz

Cuando era pequeño, sobre todo en otoño e invierno, sufría constantes infecciones de garganta. Me subía mucho la fiebre y se me quitaban por completo las ganas de comer. Lo único que me apetecía era un arroz que hacía mi madre con cuatro cosas (chorizo, jamón, salchichas, pimientos...). Un arroz a lo pobre, le decíamos, que estaba delicioso. A veces, como hoy, lo hago. Y siempre me acuerdo de aquellos días, en casa, sin colegio, leyendo los libros que mi madre me traía de la calle cuando bajaba a la compra y la dichosa fiebre me lo permitía. Con aquella sensación de estar un poco alejado del mundo, protegido del exterior. Siempre me emociona recordar la infancia de aquel niño. Y los días que vendrían después de aquellos días invernales. 

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