domingo, 28 de agosto de 2016

El final del verano

Hay un día en el mes de agosto en el que te das cuenta de que el verano está llegando a su fin. Aunque haga sol en tu ciudad, llegas a la playa y el cielo está completamente encapotado y el viento azota la arena con fuerza. Quizá sea la última instantánea de playa de este verano. Respiras hondo y contemplas el mar durante un buen rato. Tienes la sensación de que se va a poner a llover de un momento a otro. Regresas a la ciudad -donde extrañamente continúa luciendo el sol: así son las cosas aquí, en el norte- con cierta frustración por el viaje perdido. No porque se intuya ya el principio del otoño. Siempre me ha gustado que llegue septiembre. El comienzo de un nuevo curso. Quién sabe lo que puede suceder. Dejemos que la vida siga su periplo, tan suyo y tan caprichoso. Dejemos que nos sorprenda. 
Hay un día en el mes de agosto en el que te das cuenta de que el verano está llegando a su fin, sí. Y ese día te apetece comer lentejas, pero no lo haces porque tienes que comer los bocadillos que has preparado para la playa. Esperas al día siguiente y entonces sí, las preparas y, mientras se van haciendo lentamente en la cocina, escribes esto. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario