viernes, 6 de mayo de 2016

Más desahucios

No conocía al tipo y no conocía su historia. Sé que vivía en una calle al lado de la nuestra y que ahora está muerto. También sé que tenía treinta años y que, tras un ataque de ansiedad, murió después de ser desahuciado de su vivienda. Lo sé porque lo he leído hoy en el periódico. También sé cosas que no vienen en los periódicos. Cosas como ésta: Ayer, mientras hacía cola en la panadería habitual, una mujer recién salida de la peluquería protestaba enérgicamente porque a la entrada del local una mujer de su misma edad (alrededor de los cincuenta) pedía dinero. Que se pongan a trabajar, farfullaba mientras sacaba una enorme cartera de Carolina Herrera del bolso para pagar su barra de pan y todos los demás clientes guardábamos un prudente silencio. Después, muy airada, salió por la otra puerta para no tropezarse -lo sé porque lo dijo en voz alta, casi como si estuviese recitando un poema, recalcando bien cada palabra- con la mujer que extendía su mano por unas miserables monedas y que, evidentemente, no llevaba una cartera de Carolina Herrera, ni auténtica ni falsa. 
Sé que el 26 de junio tenemos que ir a votar de nuevo. Sé que nuestro deber es votar ese día. Lo que no sé muy bien es para qué servirá todo eso. También sé muchas otras cosas, pero mejor me las callo, que luego se me irrita (todavía más) la garganta y el teclado. 

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