martes, 22 de marzo de 2016

Servilletas

Pongamos un día cualquiera de marzo. Curiosamente, dicen, es el Día de la Poesía. Salimos a caminar -mi madre y yo- muy temprano. No llueve, ni hace demasiado frío. Después de la larga caminata, nos sentamos en una terraza y pedimos café. Ahí está, el servilletero. Uno de esos servilleteros comunes y corrientes. Bebemos lentamente el café, seguimos con nuestra conversación. Le doy la vuelta al servilletero para coger una servilleta. Descubro que hay unas palabras escritas en el papel. Las leo. "Apaguemos los móviles, mirémonos a los ojos". Tienen su gracia esas palabras. Y de repente, recuerdo aquel tiempo en el que no teníamos móviles. Que para llamar a alguien desde la calle teníamos que ir a una cabina o a un bar. Que no estábamos localizables para todo el mundo a todas horas. Llegar a casa y preguntar, con cierta curiosidad, si alguien nos había llamado. Si nos había llamado una amiga, aquel chico con el que tonteábamos, el presidente del jurado de algún concurso al que habíamos presentado el último relato escrito... Y, sinceramente, me agrada ese recuerdo. Pensar en aquel tiempo que, como tantas otras cosas, se nos escapó y que no es tan lejano como parece. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario