viernes, 11 de marzo de 2016

'Azul', 20 años después de la muerte de Kieslowski

Hay películas que te marcan de un modo decisivo. 'Azul' es una de ellas. De la trilogía de Kieslowski, es mi preferida. La manera en que, de pronto, se deshace una vida y las dificultades para recomponerla. Los silencios, las miradas, la música. Esa partitura inacabada. Esa pieza musical que va sonando durante toda la historia, que rompe el silencio o se hace un hueco dentro de él. Los ojos de Juliette Binoche. Esos ojos que van de la sorpresa al dolor, y de ahí, a la resignación. A la aceptación de los hechos que vienen después de ese giro inesperado de la vida. La complejidad del ser humano. Y también, sí, sus contradicciones. Todo eso está ahí, en una película que ya es un clásico. La manera en que se dicen las cosas y la manera en que no se dicen. Un gesto, una caricia, un cuerpo hundiéndose en el agua de una piscina y otra vez la mirada de Julie. Y sus cicatrices.
Han pasado 20 años de la muerte de Kiesloowski. Y se reestrena la trilogía. Han pasado 20 años de casi todo, en realidad. Quizá desde esa distancia, la de los 20 años, sea un buen momento para acercarnos de nuevo a esta historia. De completar, a nuestro modo, esa partitura. Como intenta hacerlo la propia Julie.

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