martes, 16 de febrero de 2016

Las horas previas

Supongo que si Francesca fuese una niña y no una gata el dolor y la impotencia que sentimos por una enfermedad que, a día de hoy, después de diferentes tratamientos, aún siguen sin saber identificar, sería insoportable. Francesca no es una niña, es una gata, nuestra gata, la que nos echa de menos cuando no estamos en casa, la que se acerca a nosotros con cara de pena cuando estamos tristes, la que lame nuestras manos cuando está alegre y la que se enrolla en nuestro regazo buscando caricias. Una gata que entiende sin palabras pero que no entiende muy bien lo que le está pasando. Como tampoco lo entendemos nosotros, sinceramente. Ningún tratamiento ha sido válido. La gata sigue en las mismas. Nada alivia sus síntomas. Sus mejorías son como una especie de espejismos. De crueles espejismos. Dentro de unas horas, abrirán su pequeño y frágil cuerpo y, según dicen, esa operación servirá para determinar lo que tiene. No queda otra solución, recalcan los expertos. Y nosotros, como llevamos haciendo desde que cayó enferma con seis años y medio, haremos lo que nos dicen porque Francesca no es una niña pero sí es un ser vivo importantísimo en nuestras vidas. Tan pequeña, tan frágil. Tan cansada ya de pastillas, inyecciones, líquidos con olor desagradable, pruebas y más pruebas. De ese ir y venir constante al veterinario. De ese trajín demoledor. Supongo que todas las personas que tienen animales entenderán a la perfección esto que, a modo de desahogo, escribo. A nuestro alrededor, en estas horas previas a la intervención, hay una especie de tenso silencio. Como si no quisiéramos hablar del tema delante de ella. Como si no nos atreviésemos a pronunciar en voz alta los pensamientos que rondan en estos momentos por nuestras cabezas. Como si los rechazáramos de un modo casi violento. Todo saldrá bien, decimos en voz baja. Convencidos de ello (o casi). Para que ella siga aquí, cerca del teclado de este ordenador, cerca de nuestras respiraciones, ajena a esos pensamientos. Como antes de todo esto. Antes de que las sombras comenzaran a removerse.  

1 comentario: