miércoles, 16 de diciembre de 2015

Islandia

Me gusta regalar libros. Hoy en día no puedo regalar tantos libros como quisiera. Aún así, cuando corresponde, lo hago: regalo libros. Estoy en una librería, veo un título que sé que le gustaría leer a alguien de mi entorno y mi primer impulso, sin mirar el precio, es comprarlo. He regalado muchos libros. A gente que se lo merecía y a otra que el tiempo me demostró lo contrario. Qué le vamos a hacer. Los vaivenes que tiene todo esto. También me los he regalado a mí mismo, qué demonios. Hoy, a través de una noticia que ha colgado en su muro de Facebook la bibliotecaria Chelo Veiga, descubro que en Islandia todo el mundo regala libros tras la cena de Nochebuena. Y, de repente, me acuerdo del gran relato de Sergi Bellver que se titula precisamente así, Islandia, y vuelvo a leerlo, y pienso que pocos lugares me gustaría tanto conocer a día de hoy como ése. Cualquier rincón de ese país, Islandia. Más aún tras leer esta noticia. Coger un avión y "cruzar Reikiavik de madrugada", como el protagonista del relato de Sergi. Recibir el nuevo año así, cruzando Reikiavik de madrugada, cargados de libros y de copas de vino. Empezar el año cruzando una ciudad desconocida y regresar después, muy cansados, conscientes de que ya estamos en un nuevo año y de que el viaje no ha sido ningún sueño.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario