jueves, 12 de abril de 2012

Dos años después

La casa está en penumbra. En la calle, según puedo escuchar a través de la ventana cerrada, está lloviendo torrencialmente. Pienso en lo reconfortante de ese sonido, el de la lluvia, y en la cantidad de veces que he estado así, en penumbra, en esta casa y en la casa de mis padres, mientras el vídeo o el deuvedé reproducían alguna película clásica o el aparato de música hacia lo propio con el lamento de alguna voz desgarrada, que son las voces que me gusta escuchar cuando aún no ha amanecido del todo y la casa está, como ahora mismo, en completo silencio. Billie Holliday, un suponer. En la habitación de al lado, él aún está durmiendo. Qué extraño poder el que tienen algunos para dormir lo que les plazca. Casi todas las personas que me rodean lo poseen, aunque algunas digan lo contrario. Yo, no. Qué se le va a hacer. Hay que vivir con ello, con el hecho de dormir poco, como con tantas otras cosas que no son de nuestro agrado y nos enturbian los días y las noches. Los años ayudan a saber aprovechar el lado de la tostada que se te ha quemado. No queda otra: cuestión de supervivencia. Él duerme y no sabe, como otras veces que le he dedicado mis palabras, que estoy escribiendo sobre él, sobre nosotros. ¿El motivo? Habría cientos de motivos, pero la razón por la que hoy lo hago es porque en unos días se cumplirán dos años de nuestro matrimonio. ¡Cuántas cosas han pasado a nuestro alrededor desde entonces! Positivas y negativas. Arriba y abajo, qué trajín, que en eso consiste el hecho de levantarse cada mañana. Libros, viajes, risas (muchas risas), complicidades, proyectos, ilusiones, luchas (también muchas), dificultades, miedos, ansiedades, situaciones laborales... No es momento de enumerarlas. Es momento de conservar las positivas como un buen tesoro y de seguir hacia delante sorteando las negativas, que no son pocas. Quiero creer en ello firmemente porque si no, yo me bajo en la próxima, como decían en aquella obra de teatro de Concha Velasco y Adolfo Marsillach, y, llegados a este punto, a este extraño punto, me temo que no es el mejor plan. Insisto: no se cumplen años por cumplir. Y la tostada, quemada o no, hay que comerla porque parece que, de momento, no te dan otra. Así son las cosas. Por eso, mientras Billie Holliday sigue susurrando su dolor, me quedo con aquella soleada mañana, la de nuestra boda, en el Ayuntamiento de Gijón, dos años atrás. Habían pasado (en un soplo) tres años desde que nos habíamos conocido y allí estábamos, con tantos nervios como ganas. Nunca tomé una decisión más acertada. Creo que él tampoco. Hace pocos días, alguien nos lo decía: aunque parezca lo contrario, él es el más fuerte de los dos. ¡Menudo descubrimiento! Yo ya lo sabía, pero guardaba el secreto. Lo sé cada vez que llegan del exterior las decepciones, que estoy a punto de derrumbarme y me agarro de su brazo y todo lo malo se zanja. Lo sé de una manera tan clara como que ahora está lloviendo, la casa ya no está penumbra, esa mujer de voz genial y vida atormentada sigue cantando y en esa respiración que viene de la habitación de al lado está el refugio, el mío. No puedo ocultar la evidencia.

4 comentarios:

  1. A la frase de mi querido Antonio "Y hablar de amor cuando ya se ha perdido..." añadiría "Y hablar de amor también cuando se está viviendo, porque es la mejor manera de disfrutarlo doblemente". Preciosas palabras, que el amor os acompañe siempre.

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  2. Aplausos para el amor, para la vida en compañía, para las penas compartidas (que son penas, pero menos) qué envidia que alguién me dedique estas palabras, cualquier palabra que venga de la persona amada, bálsamo, curación, esperanza, futuro. La vida es de los enamorados, el futuro también es vuestro. Mucho amor y muchas alegrías, todo en el camino se enderezará, de momento ya estás haciendolo con la persona amada.
    Hoy tu relato es mi tabla de salvación... espero lo sea muchos días...

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  3. Entrañable, como siempre. Los dos sois afortunados por teneros.

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  4. El amor como refugio;como vuestro pegamento.De "bajarse en la próxima" nada.Hecho el uno para el otro.El paso del tiempo lo confirma...Pregúntale a él quién es el más fuerte de los dos...verás qué sorpresa.Un abrazote a ambos en vuestro aniversario.

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