miércoles, 28 de diciembre de 2011

Bárbara Rey y el lesbianismo

Una vez, hace ya tiempo, me acosté con una chica. Fue una noche divertida e inesperada, como fueron todas aquellas noches que vinieron detrás de una (inevitable, si la analizo con la perspectiva de los años) ruptura amorosa por la que no estaba dispuesto a sufrir más de lo estrictamente necesario. Y placentera: la chica era muy guapa y experta, y eso hizo que aquello no resultase un desastre. ¿Soy por ello heterosexual? Pues no. Las cosas claras y el chocolate espeso. Tampoco pasaría nada si lo fuera, por supuesto. Como tampoco pasa nada si un hombre o una mujer son homosexuales, que ya está bien de tener que estar repitiendo siempre la misma cantinela, qué pesadez. Quizá ahora, que vuelven a estar de moda los libros para curar la homosexualidad (buf, buf y más buf) y con la señora Ana Botella en la alcaldía de Madrid, no nos quede otro remedio que volver a repetirlo más a menudo aún. O tal vez, quién sabe, la mujer ya no se lía como se liaba con aquello de las peras y las manzanas (qué bochorno de entrevista y qué pena que tu carrera política, cual sketch de humorista, sea recordada por tal despropósito), que de inteligentes es renovar el pensamiento y evolucionar. Ver veremos. Viene todo esto a cuento de la noche de pasión (reconocida por ambas) que pasaron Bárbara Rey y la periodista Chelo García Cortés. ¿Es Bárbara Rey lesbiana por ello? Pues no, como ella dice y como bien sabemos por sus conocidos amoríos. Sin embargo, todos (o casi todos) hemos sentido en un momento dado atracción por el sexo contrario del que habitualmente despierta nuestros deseos, aunque muchas personas no se atrevan a decirlo en voz alta. (Ah, los miedos a ser señalados, marginados). Sobre todo, en la adolescencia. Pero ya se sabe que aquel que no vive las cosas en un momento, quizá en el momento que corresponde, las vive en otro: eso está claro. He conocido a personas que se casaron al poco de abandonar los estudios y después, ya separados e instalados en los cuarenta o los cincuenta, empezaron a vestirse y a comportarse en la noche como niñatos en celo que soñaban con ser los reyes de la pista y del mambo y con vivir, cual sus propios hijos adolescentes (parecía que intercambiasen ropas, pendientes, zapatos, bolsas, horarios y gestos), un eterno ritmo de la noche. Vale. Son opciones. Sé de otras personas que, tras cuarenta años en el armario, se convirtieron de la noche a la mañana en los amos de los cuartos oscuros. Y ahí siguen. También vale. Siguen siendo opciones. Y cada cual, evidentemente, escoge la suya. No hay que demonizar a nadie por ello. Vive y deja vivir: no conozco mejor lema. Y que cada uno se lo monte como pueda o como le permitan. Lo importante, creo yo, es mantener a raya la hipocresía, que es esa cosa que a la que te despistas ya quieren colocarte, cual oscura y tirante mordaza, delante de la boca o de los ojos. Como pasa ahora con esta historia entre la vedette y la periodista. Dos mujeres mayores de edad, una noche de vino verde y calor, y punto. Aquí paz y después gloria. A qué tanta pamplina. Una noche como la de tantos hombres y mujeres en un determinado momento. Qué ganas de enredar las historias, de sacarles punta, de crear misterios donde no los hay. Deberíamos ser más naturales, olvidar tantos años de oscurantismo y sacristía, mirar hacia delante, dejarnos llevar. Y no olvidar que el placer (sexual, en este caso) sigue siendo uno de los mejores y más necesarios, venga de la piel que venga. Esa piel que, aunque sólo fuera por una noche, pudimos desear.

5 comentarios:

  1. Suscribo cada palabra tuya con absoluto halago. Como bien dices, ¿quién no se ha sentido en un momento determinado atraído por alguien del mismo sexo? Añadiré algo como madrileña que soy: me avergüenza la alcaldesa que se nos ha impuesto sin votación. De Tierno para acá, Madrid ha perdido mucha calidad, en todos los sentidos.

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  2. A la madrileña; la Botella fue la segunda candidata mas votada... Ovidio un beso fortísimo tesoro!!

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  3. Jajajajaja jaja jaja feliz año ovidio

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  4. Ole Olé y Olé
    Tiriti tiriti tiriti

    ASI SE HABLA!

    UN BESOTE

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