martes, 15 de noviembre de 2011

Las fotos de Terelu

Cuando ayer vi las fotos de Terelu, recordé de repente a Umbral y pensé en el artículo que el maestro hubiese escrito sobre el asunto. Una pieza -quiero imaginar- a medio camino entre lo poético y lo irónico, sin olvidar las alabanzas al cuerpo femenino: esos cuerpos gloriosos que tantas veces retrató en sus libros y columnas y que siguen siendo un referente importante. Luego pensé que yo mismo escribiría algo sobre lo que acababa de ver. Algo relacionado con lo poco que me habían gustado esas fotos, con que se necesitan algo más que unas pieles y unas joyas falsas para homenajear a José María Castellví (el fotógrafo de las estrellas de los 70: de Bárbara Rey a Victoria Abril), con que si te desnudas te desnudas y déjate de pamplinas (ah, el miedo que sigue dando el desnudo en este país), que el Interviú es lo que es y los desnudos artísticos son para otro tipo de publicaciones. Más aún si lo que pretendes, como reconoce la propia Terelu en la entrevista que acompaña al reportaje fotográfico, es convertirte en el póster de la cabina de más de un camionero y en lo que ello conlleva consigo. Sin embargo, a medida que pasaba el día, en radios, televisiones, redes sociales y periódicos digitales, casi todo el mundo se centraba y se ensañaba con lo mismo: los kilos de más de Terelu. No lo decían así, claro. Lo decían, en la mayoría de los casos, del modo más despectivo posible. Una periodista llegó a exclamar que cómo se atrevía Terelu a posar así cuando sus brazos eran como piernas. Hombre, no. Seamos un poco serios. Si estamos luchando contra la anorexia, contra las tallas 34 en las chicas, contra los peligros que puede acarrear al respecto de la publicidad todo este tema en mujeres jóvenes (y no tan jóvenes), venir ahora con esto me parece, como poco, de juzgado de guardia. No todo el mundo tiene que estar como Kate Moss para desnudarse. El desnudo, el desnudo. Cuántos temores y complejos. Cuánta tontería. ¿Será que, como apuntaba antes, sigue poniendo nervioso a más de uno y se tira por el camino del medio? Lo siento, pero no es disculpa. Es un tema peligroso y hay que tener cuidado. Hay desnudos valientes y maravillosos sin necesidad de tener el cuerpo de Sharon Stone. Recuerdo ahora el que hizo la gran Kathy Bates en aquella película, "About Schmidt", entrando en el jacuzzi donde estaba Jack Nicholson (bien tapadito por las aguas, por cierto). Tan poderoso como su talento. Y punto. Terelu ha hecho el reportaje que le ha dado la gana y tenemos todo el derecho del mundo a criticarlo. Las fotos son ordinarias (¡esa camisa blanca!), no ha sido valiente, es un quiero y no puedo constante: lo que te venga en gana... Pero cuidado con ciertos temas. Y no se trata de ser políticamente correcto, ¡ni mucho menos!, sino de tener un poco de sentido común, que cada vez (me temo) nos va quedando menos.

3 comentarios:

  1. Este de hoy está hecho para mi, pensé en cuánto lo leí.
    No me gustaría pararme mucho en lo de las fotos de Terelu, al final, con un cheque de por medio, cada uno hace lo que le viene en gana. No he visto las fotos. Es verdad que Terelu, en mi opinión, ha sido valiente por dos cosas: primero porque sabía que iba a estar en boca de todo el mundo (jejejeje, ayer por delante de Rajoy y Rubalcaba) y segundo porque no encaja con el prototipo de chica interviu (ni por edad, ni por estatura, ni por peso, vamos por nada de nada) Quizás esta vez se hable de ella por ella misma y no por ser "hija de la Campos", "poderoso caballero es don dinero" y pongamonos el mundo por montera. Yo luego lo que no entiendo muy bien es como protege esta gente su intimidad, todavía recuerdo una polémica con aquel programa conducido por su jefe actual porque sacaron una imágenes de su hija en la playa con otro de los animadores de la telebasura, un tal Pipi Estrada que un tiempo fue comentarista de fútbol, como Terelu fue presentadora con su madre de programas que, para que negarlo, tenían otra envergadura, aunque hayan sido los antecedentes directos de la tele actual.
    En relación al tema curvas, estoy frita... he tenido amigas, familia, ... con trastornos alimentarios graves, muy graves,... hasta el punto que en muchas ocasiones de sus vidas, han perdido el rumbo... hoy todavía arrastran increíbles complejos, ya no sólo físicos, complejos que transmitirán a sus hijos y a sus amigas, si ellas no saben mantenerse en sus posiciones.
    Reinvindico la curva, una mujer con curvas es hermosa, su piel brilla de otra forma y su sensualidad está a flor de piel.
    Es cierto que el sobrepeso está fuera de control en nuestra sociedad de la opulencia y de los excesos, pero basta ya de calificar como algo asqueroso o políticamente incorrecto a mujeres rotundas... si a una mujer le sobran unos kilos, es su problema siempre que no ponga en juego su salud. Vamos a intentar querernos más con los cuerpos que nos han tocado: altos, bajos, con michelines, sin ellos, con gafas, sin gafas,... la perfección no existe o, mejor dicho, cada uno de nosotros debería ser perfecto por lo menos a sus ojos y a los ojos de los que nos quieren.
    Vamos a querernos más y a aceptarnos, por lo menos, nosotros mismos.
    Besos para todos.

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  2. Hará dos años aproximadamente, la hija de unos amigos murió por anorexia. Tenía tan sólo diecisiete años, era preciosa e inteligente pero, ¡ay, la talla! Ayer, precisamente, estaba en casa de estos amigos y la otra hija, la que queda, que pretende llevar el mismo camino de la hermana, vio cómo su padre dejaba intencionadamente la revista con el reportaje de Terelu a su alcance. La chica, guapa también, dijo en voz alta: "pues yo creo que no le sobran muchos kilos, o quizá si pero, desde luego, lo que no le falta es valor". Si el repontaje en cuestión ha servido para que una chavalilla se replantee lo de adelgazar, felicidades, Terelu.
    Gracias, Ovidio.

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  3. No he visto las fotos, pero me ofende enormemente la defensa de la mujer real y las posteriores críticas a la misma, y eso que la susodicha ha confesado hoy llevar una 38, vamos, que ni tus Nancys Ovidio. A la prota decirle, de jamona a jamona, que viva el enjamonamiento que hace que se acaben los ejemplares al poco de salir a la venta, porque eso demuestra que al fin y al cabo y como diría Sofía, todavía estamos en el "candelabro"

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