lunes, 1 de marzo de 2010

Lolita Flores

Lleva el arte en las venas como los auténticos genios llevan el talento y los demás llevamos la sangre, más o menos espesa. Tuvo una madre así, genial y poderosa, un padre muy señor y un poeta extraordinario como hermano, al que seguimos añorando. Tiene los ojos bellos y profundos, la melena como distintivo inequívoco de su personalidad y la voz macerada de risas y lágrimas, de carcajadas luminosas y dolores profundos, de whisky y tabaco rubio. Una voz oscura y preciosa, que duele cuando canta, que estremece cuando evoca. Pocas veces nos hemos emocionado tanto como con su particular versión de "Mediterráneo": simplemente brutal. A estas alturas de la vida, cuando la oyes hablar (siempre es un placer hacerlo), se desliza un profundo sentimiento de paz, de que tiene las cosas bastante claras, de que le ha costado mucho estar ahí, en todos los aspectos, y así, con sencillez y humildad, lo agradece. Después de todo, la lucha ha merecido la pena. Alcanzar ese momento es verdadermante importante. Demuestra que los años sirven para algo, desde luego, no sólo para las despedidas. La vi cantar varias veces aquí, en Oviedo, donde, por esas cosas del norte, siempre estaba lloviendo, pero a ninguno de los asistentes al espectáculo nos importaba lo más mínimo. Disfrutábamos de las evocaciones tan hermosas que hace del repertorio de su madre, evocaciones traspasadas por el jazz, que es una de las mejores cosas que le sientan a la copla y a su voz. También la vi, en Madrid, hace unos pocos años, actuar en la única obra de teatro que ha hecho hasta la fecha. Un pedazo de actriz que, como tantas otras actrices de este país lleno de actrices maravillosas, está pidiendo a voces un papel a la altura de su importante talento. Aún no es demasiado tarde. Talento heredado y talento propio, que aquí nadie regala nada, bien lo sabe ella y bien lo sabemos nosotros. Como también sabemos que el talento, propio o heredado, hay que trabajarlo, cultivarlo, con muchas horas de esfuerzo detrás, para que el asunto no se desequilibre. Lolita es una gran artista. Aún le queda cuerda para rato. Talento que regalarnos. Música, teatro, cine, televisión: todo nos vale con tenerla ahí. Esperamos sus trabajos con verdadera ansia. Con auténtica devoción. Con lluvia, por esas cosas del norte, o con sol.

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