domingo, 17 de enero de 2010

Cumpleaños

Ese chico que cumple hoy años se llama Félix. No diré cuántos porque Félix es una estrella y las verdaderas estrellas, como bien sabemos, no tienen edad: son jóvenes mientras su espíritu se mantenga joven, y el de Félix está ahora mismo en plena adolescencia, como poco. Nos conocimos hace una década ya. Él estaba viviendo un momento muy dulce de su vida y yo estaba en la plenitud de una relación tormentosa al estilo del matrimonio Burton-Taylor. Enseguida congeniamos. Los dos teníamos unas cuantas noches a nuestras espaldas, una manera similar de ver las cosas y el deseo -que nunca llegará a cumplirse, desgraciadamente- de haber bailado hasta el amanecer en Studio 54 a finales de los setenta. Aquí, con nuestras posibilidades, tampoco lo hacemos mal. Félix es divertido, ingenioso, provocador. Tiene talento y cuerda para rato. Mezcla deliciosamente lo culto y lo popular. Y eso me encanta. María Jiménez, John Waters y la filosofía griega. A veces nuestras posiciones no coinciden (o él hace para que no coincidan, aunque lo hagan) y entonces saltan las chispas. No sé cómo lo hace pero siempre le encuentra cinco patas al pobre gato. Ése es su encanto. O uno de ellos. (Casi) siempre te desmonta inteligentemente la película, aunque luego te ayude a montarla de nuevo. Con él dos y dos nunca suman cuatro ni por casualidad. Esas otras veces, como la otra noche, cuando la película no queda desmontada con la misma inteligencia, la sangre nunca llega al río. Es lo que tiene la amistad. Un gin-tonic y a otra cosa. Pues eso: Feliz cumpleaños.

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