lunes, 28 de diciembre de 2009

Cenas navideñas

La Navidad, seas creyente o no, siempre es tiempo de alegría, de celebración, de botellas descorchadas y de múltiples festejos y variados excesos. Con crisis o sin ella, todos tiramos un poco la casa por la ventana. Otra cosa será la mítica cuesta de enero, que este año se antoja -me temo- más peliaguda que la de noviembre pero no importa. Estamos aquí y ahora. Y hay que brindar por ello. Como brindamos el sábado, en la cena en el Club de Tenis, como todos los años por estas fechas. El sitio tiene un cierto aire antiguo y una posición política muy clara (en la mesa de los periódicos: El Mundo, Abc, La Razón y La Nueva España), pero posee su encanto. Sin duda, Agatha Christie idearía una buena novela policíaca entre sus paredes y la señorita Fletcher uno de los mejores capítulos de la serie "Se ha escrito un crimen". Luces navideñas, ambiente agradable y varias señoras de esas que me encantan: mujeres en torno a los sesenta años, vestidas a la última, apretados y generosos escotes y cabellos despuntados, alzando sus voces aguardentosas sobre la conversación, como queriendo hacer saber que aún están ahí, dando cuerda al mundo y por mucho tiempo, faltaría más. Hablando de chicas, ahí estaban ellas, cada una en su estilo, todas estupendas: Teresa (fiel seguidora de este blog), Laura, Marina, Cristina y Belén. Faltaba Mónica (un beso desde aquí, chica), a puntito de ser madre -¡qué nervios!- por partida doble. Charlas, risas y algún que otro cotilleo, como debe ser. Celebrando eso, que estamos aquí y que ya está a punto de terminar el año. Uno más. Una década más. Qué vértigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario