lunes, 23 de noviembre de 2009

Tres mujeres

Sara Montiel, en el último vídeo de Fangoria, aparece como lo que es: una estrella. Una auténtica estrella. La única que, aquí, en nuestro país, se puede codear con Elizabeth Taylor o Ava Gardner. Las tres mujeres más guapas de la historia del cine, con permiso de todas esas mujeres guapas que habitan nuestra memoria. Sara, moderna, libre, única, siempre avanzada a su tiempo, haciendo lo que le da la gana, demuestra, a los ochenta y pico años, bajo los focos azulados de la pista de baile, que sigue poniéndose el mundo por montera. Absolutamente.
Otra diosa del cine, Lauren Bacall, guapa entre las guapas también, inteligente y sarcástica, acaba de recibir un Oscar honorífico, ese premio de consuelo que se suele dar a todas aquellas personas que lo merecen y que no lo recibieron en su momento. Algo es algo. Lauren, elegante, distinguida, muy señora como es, evocando a Bogart con su voz aguardentosa, parece realmente emocionada al recibir al tío Oscar. En sus ojos felinos está buena parte de la historia del cine.
Ángela Molina, en Gijón, toda de negro, labios rojos, melena larga y oscura, recibiendo el "Premio de Cinematografía Nacho Martínez", luce espectacular. Ángela es una mujer fascinante. Una gran actriz con un mundo propio, muy particular. Su voz, sus gestos, su modo de interpretar: todo, en ella, es diferente. Dejó, en tierras asturianas, su magnetismo inmarchitable y una frase estupenda: "Hay que aprender a valorar lo que te dan y aprender también a perder".
Creo que Sara y Lauren también suscribirían estas palabras.

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